Me encuentro lejos de mi familia y amigos físicamente, pero ahora más que nunca me siento más cerca, el invierno termina y la primavera comienza trae consigo una nueva manera de convivir entre todos, algo que no veíamos venir se aproxima a nuestras vidas; fantasioso, lejano o inimaginable, oíamos que el cambio climático se hacía más presente cada día en noticias, oíamos cada vez más que había personas refugiadas huyendo de países donde los conflictos se volvían insostenibles para vivir con sus familias, oíamos que líderes sociales y políticos no hacían lo necesario en decisiones importantes, o al menos lo que consideramos necesario para resolver los problemas sociales, veíamos intereses políticos encima de los sociales, veíamos países completos entrando en conflicto con otros, y luego, luego un 7 de Marzo, en un correo llega escrito a la comunidad universitaria, nos piden calma ante un nuevo reto , el llamado COVID-19 ya está en España a diferencia de lo lejano que se oía, no entendí bien la magnitud de la situación en ese momento y ya llegado el 13 de ese mismo mes nos piden no ir más a clases, me pasó como muchos estudiantes pensamos que se trataba de algo pasajero y ocasional, hasta que oímos al presidente del gobierno anunciar por televisión un estado de alarma, al principio no lo creía, mi cabeza lo comparaba con toques de queda o situaciones de guerra, que ni en los momentos más difíciles de violencia que viví en mi país México, se me exigió quedarme resguardado en mi casa, con eso nacía un nuevo orden de convivencia social, pasaron los días, toco subirme a un Uber el cual me dijo que solo podía llevar personas de una a una; llevaba guantes y mascarilla, y toco hacer supermercado y el personal con guantes y mascarilla a un metro de distancia ver los estantes sin comida producto de la paranoia de la gente y sus compras de pánico, mi cabeza me dirigió a las imágenes que veía e Venezuela con su crisis económica, cuando quisimos comprar mascarillas y gel desinfectante las farmacias no tenían y así poco a poco fui entendiendo que debía acoplarme a este nuevo orden, llamadas de mi familia desde muy lejos alentándome, hospitales llenos y calles vacías, noticias que solo hablaban del virus, y creo que la gente fue entendiendo, recapacitando, y hoy a mediados del mes de Abril acá seguimos, luchando, volteo y más allá del panorama loco, extraño, trágico o de miedo que puede parecer, veo un mundo unido, países ayudado a otros, enviando mascarillas, respiradores, gobiernos planeando rescates económicos para sostener la economía de sus ciudadanos, veo policías aplaudiendo a los sanitarios y la piel se me enchina, veo iniciativas en redes sociales ayudando a otros, veo sonrisas virtuales acercando familias y amigos, y gracias a esas personas en los hospitales, enfermeras doctores, ayudantes, conductores de taxis, repartidores de comida, que son los primeros en enfrentarse al COVID 19, y nos damos cuenta de algo fundamental que no veíamos lo importante que son roles de esa gente que veíamos como habituales, y estoy seguro que después de esto se les tendrá más en cuenta, con este nuevo panorama seremos capaces de ser más humanos, más sensibles y mejores personas con nuestro entorno, estoy seguro que después de este contexto histórico se viene un nuevo orden mundial con nuevas reglas de convivencia y cooperación internacional, esperando que los liderazgos políticos actúen bien, y solo puedo decir gracias, gracias a esos amigos que escribieron preguntando como estaba, gracias a mi familia que nunca me hace sentir lejos a pesar de la distancia, gracias a esos que me acompañan a hacer este resguardo sea mejor, gracias a los encargados de hacer políticas para sostener un país, gracias al personal sanitario por atender a miles de personas evitando que esto sea una catástrofe, gracias a todos por permanecer juntos y unirse más. Seguro juntos saldremos adelante, porque juntos es mejor!
Raul Velazquez Sansores